by Aalto.
Este es el último post de la trilogía de "Curiosidades tenísticas" que ya publiqué aquí y aquí.
Nos habíamos quedado en que el tenis se estaba profesionalizando ya del todo, que empezaban a aparecer raquetas con nuevos materiales como el acero y el aluminio con relativo éxito.
Bien, seguimos.
Un jugador norteamericano (negro, una rareza en aquellos
tiempos) colaboró en el diseño de una raqueta innovadora, contratado por una
fabrica de esquíes (yanki, para más datos). Querían aprovechar su tecnología para
la fabricación de esquíes en hacer raquetas, y lo consiguieron. Un sandwich de
dos chapas de aluminio con una capa intermedia de resinas reforzadas con fibra
de vidrio de casi 1 cm de espesor, igual que un esquí de los de entonces.
La marca: AMF HEAD, el modelo Arthur Ashe Comp 1.
Lo de Arthur Ashe era por el nombre del jugador que ayudó
a su desarrollo, obvio, y lo del número 1 lo hicieron con visión, no tardaron
en salir la 2 y la 3. Es que lo del marketing estos yanquis lo manejan muy
bien.
Era una muy, muy buena
raqueta: abrió la puerta a los materiales compuestos, aunque no se siguió
exactamente por este camino, y también firmó la sentencia de muerte a la
madera. Ésta, ya en sus últimos estertores, se resistió y mejoró mucho, pero no
levantó cabeza. La misma Head desarrolló entonces la que tal vez sea la mejor
raqueta de madera de todos los tiempos, diseñada también con la ayuda de un
jugador, por eso lleva su nombre: HEAD Guillermo Vilas.
Pero la gran revolución
viene ahora. Esta empresa, AMF HEAD, tenia una división (PRINCE, que luego se
separará como empresa independiente) que fabricaba maquinas lanzapelotas, una
especie de contenedor con un cañón que tiraba pelotas de un lado al otro de la
pista para la gente que estaba aprendiendo (también yanqui, ya empieza a oler
mal, ¿no?, ¿es que acaso todo lo hacían ellos? Pues parece que si). Por cierto, esta maquina también fue
invento de un ingeniero que mencionamos antes: Rene Lacoste.
Esta pequeña división se había especializado en el
mercado de la gente que estaba aprendiendo a jugar, niños o personas ya mayores,
(mercado goloso en USA).
A alguien se le ocurrió que para este target (los mayores
con pasta), se podía fabricar una raqueta más grande que las normales. Para facilitarles las cosas, vamos.
Además se dieron cuenta de que el reglamento no decía
absolutamente nada de “como” tenia que ser una raqueta. En teoría se le podía
pegar a la pelota con cualquier cosa.
"Esta es la nuestra", pensaron, "nos vamos a forrar
con los ejecutivos jubilados …"
Y se forraron, pero no así.
Y se forraron, pero no así.
Sacaron este modelo, la Prince Classic. No sé como se les
ocurrió llamar Classic a algo que era totalmente nuevo, pero funcionó,
misterios del marketing supongo.
No tenía nada especial,
era de aluminio, como había miles, no tenia cosas raras, ni tecnologías
estrafalarias, ni nada que llamara la atención, salvo el tamaño del encordado,
que era mucho más grande. ¡¡¡Incluso era barata!!!
Y se encontraron con una mina. Resultó que
consiguieron un instrumento que despedía la pelota con muchísima más velocidad,
con mucho menos esfuerzo y con absoluto control, y además habían eliminado uno
de los grandes problemas de todos los tiempos: la vibración, que destrozaba
codos y muñecas. De aquí viene la famosa dolencia “codo de tenista”.
Habían conseguido todo esto de un plumazo y con una
chorrada: Hacer el encordado más grande, así de simple.
La promocionaron con un jugador ya veterano por entonces
(mediados de los ’80). Un tal Ion Tiriac, el mismo que ahora organiza el torneo
Master 1000 de Madrid todos los años. Si, ese, el de las chicas recoge pelotas
modelos... ¿Os suena, verdad?
Fue una auténtica revolución. Todas las marcas empezaron
a hacerlas así, más grandes. Además se estaba empezando a desarrollar en serio
la tecnología de los materiales compuestos con estructuras huecas (como lo son
todas hoy en día).
La competencia fue pillada en fuera de juego y trataron
de recuperar la iniciativa. Aparecieron cosas muy raras, todo el mundo quería
hacer ahora cosas diferentes, originales, imaginativas, innovadoras. Mucha
imaginación pero pocos resultados que perduraran. Ninguno de los inventos
funcionó.
Prince fue la pionera y la que se llevó el gato al agua. Las hizo de aluminio, acero, fibra de vidrio, carbono, kevlar, etc. Incluso sacó un modelo de madera, la Prince Woodie: la última raqueta de madera utilizada en competición. La usó, por ejemplo, Gabriela Sabatini.
Fue tal el éxito que Prince llegó a facturar más que
todas las demás marcas de raquetas del mundo, juntas. Así cayeron muchas,
muchas fabricas y marcas.
Sobrevivieron muy pocas. Hoy la cosa esta ya más
equilibrada…
Actualmente todas las raquetas derivan de ese concepto de
encordados grandes y construcción hueca con resinas y fibras de vidrio o carbono.
Se abandonaron las de acero o aluminio, no podían competir ni en calidad ni en
precio. También cambiaron mucho los encordados que antes eran de tripa y ahora
son sintéticos, aunque aún hay exquisitos que siguen prefiriendo la tripa.
Se decía que estas cuerdas se hacían con tripa de gato,
pero es una leyenda. No existió nunca, que yo sepa, un criadero de gatos para
destriparlos. En realidad eran tripa de cerdo, mucho más baratas, supongo.
Éstas
son algunas de las de hoy en día, que por supuesto, están a su alcance en las
mejores tiendas de deporte …
Y así concluimos esta breve (brevísima)
historia de la raqueta de tenis, que gracias a Dios, Ala, Zeus, Thor, Amon Ra y
Viracocha, tengo compendiada en mi querida colección, expuesta en un rincón
antes desaprovechado de nuestra casa , la escalera, que es por donde empezó esta
historia(ver aquí).
Espero que les haya resultado interesante.
Muchas gracias por sus visitas y sus comentarios.
Sean felices.
Aalto
Holaa!!da gusto leer tus post, se nota que te encanta este deporte!
ResponderEliminarSuper interesante todo lo que nos cuentas;))
Felicidades por esta entrada!
un bsazo a los dos desde Galicia!
Hola Aalto:
ResponderEliminarUna vez más te felicito por estos post. Menudo trabajo, super documentado y con unas fotos estupendas, como siempre. Gracias por contagiarnos con tu pasión por el tenis.
Las raquetas de las fotos con el fondo de madera y las 8 que aparecen juntas son de tu colección?. Lo supongo pero no doy crédito, las tienes toditas ....
Besos
Nu