by Aalto.
Los
que sean de Barcelona casi seguro que conocen el sitio del que voy a hablar: El
Pabellón Barcelona. Y los que no son de allí, probablemente también.
Es
una construcción relativamente pequeña que está en un rincón lateral de la Fira.
En
realidad no es nada, no cumple ninguna función práctica en la actualidad. Fue el pabellón alemán de la exposición Universal que se
realizó en 1929. Barcelona había celebrado otra Expo antes, en 1888. Era una moda muy
popular entre las ciudades a finales del s. XIX y principios del s. XX. La torre Eiffel
en Paris quedó de una de ellas. Por cierto, también muy discutida en su
momento.
¿Porque os cuento la historia de este pabellón? que repito, no es una vivienda, ni un edificio de
oficinas, ni un museo, ni nada específico. Bien, porque para mi (y para mucha
más gente) es lo que nos hizo "modernos": en cierta medida cambió el mundo, y no
exagero.
Era
una época muy convulsa, no hacia mucho que la 1ª Guerra Mundial había
terminado, la Revolución Industrial mostraba ya sus consecuencias en las
sociedades, y en el tema del arte y sobre todo en la arquitectura había una
lucha entre dos mundos, el antiguo, clásico y conservador, y las nuevas
vanguardias aunque en el fondo no se distinguían mucho unos de otros.
Los
edificios se concebían como contenedores o cajas a los que simplemente se
le añadían adornos. Unos se decoraban con molduras, columnas, estatuas, torrecitas, cúpulas y otros motivos clásicos y los otros con decoraciones más geométricas (art deco) o más
“orgánicas” (art nouveau), pero no dejaba de ser decoración superpuesta. A mi entender, algo
así como lo que hace un pastelero con una manga de nata en una tarta…
El
autor del edificio del que os hablo hoy, fue un arquitecto alemán llamado Mies Van der Rohe, que quiso exponer su
concepto de racionalidad, de integridad, de democracia, de síntesis y
simplicidad. En el fondo representaba la honradez, la racionalidad. Todo lo que
representaba (o él creía) la republica de Weimar.
Tuvo
muchos problemas para hacerlo. Cambió el emplazamiento original, no quería
estar en un sitio muy llamativo. Alemania estaba pasando por una crisis económica
muy grande y no tenían muchos medios, y además se les vino el tiempo encima.
La
piedra no pudo encargarla, tuvo que usar la que encontró ya cortada, por
ejemplo.
Pero
su cabeza parió esta maravilla, sobre todo si la comparamos con el resto de edificios y pabellones que se habían construido en aquel entonces.
Los edificios de esta fotografía ya no existen, fueron hechos sólo para la Expo.
Pero otros aún perduran:
Al pobre Mies Van der Rohe, casi
nadie lo entendió…
Hoy
no nos llama la atención su edificio innovador porque todo lo que nos rodea en nuestras ciudades se le
parece mucho y el Pabellón pasa desapercibido, pero en su momento fue una
revolución, por supuesto, totalmente incomprendido por casi todo el mundo.
Diseñó,
como hacia casi siempre, hasta el mobiliario, por cierto bastante simple. Solo
una silla, un taburete y una mesa.
La
silla es aún hoy un icono del diseño. Hay versiones baratas (bueno, "baratas", ya
me entienden, ¿no?) pero las originales, que fabrica Knoll, pueden ir desde los
3.000,00 a los 5.000,00 €, depende de si son de acero o de inoxidable.
Y
eso que las de 1929, se tapizaron con cuero de cerdo porque era más barato…
Las
sillas Barcelona, como se las conoce, estaban inspiradas en las “sella curulis”
que eran el tipo de sillas que usaban los magistrados en la antigua Roma.
Además fue una de las piezas pioneras en introducir el mobiliario metálico. Hoy
no nos llama la atención, pero entonces pocos muebles (por no decir ninguno)
eran de otra cosa que de madera.
Volviendo
al Pabellón, éste era un conjunto de elementos planos, tanto en vertical como
en horizontal, con columnas realizadas con cuatro perfiles de acero en “L”, unidos
formando una cruz.
La
única referencia a Alemania era un muro interior revestido en ónice amarillo,
una moqueta negra y una cortina roja, los colores de la bandera.
Todos los tabiques verticales estaban cubiertos de piedra o eran de cristal. No había ni una solo moldura, ni un capitel, ni ningún adorno superfluo, solo una escultura en el estanque interior. No hacían falta más. El propio edificio y los espacios que generaba en su interior y su exterior, fundiéndose unos con otros, tenían tanta fuerza e interés que cualquier adorno hubiese sobrado.
Es el primer edificio al que podemos llamar moderno.
Cuando
termino la Expo fue demolido, la estructura de acero fue vendida allí mismo
como chatarra y la piedra regresó a Alemania y vaya a saber en qué la
volvieron a usar.
Sin embargo, en 1983 se reconstruyó el Pabellón, aunque no es exactamente igual: los revestimientos de
piedra son mucho más bonitos ahora que entonces.
De
Mies, podemos decir que volvió a Alemania y al poco tiempo fue nombrado
director de la Bauhaus (algo de lo que también hablaré en su momento), pero
duró poco. Llegaron los nazis y echaron todo para atrás. Llevaron la
arquitectura a lo que era la Roma Imperial, o a lo que Hitler creía que era.
Emigró (o más bien escapó) a Estados Unidos y fue el Director del Instituto Tecnológico de
Illinois. Siguió desarrollando sus ideas y diseñó cosas como éstas: otros dos
de los edificios más famosos de la historia:
Se
lo considera el padre de los rascacielos de cristal, tan comunes hoy.
Reflexionando sobre esta historia, me gustaría que todos nos diéramos cuenta que no somos tan modernos como nos
creemos, o al menos algunos arquitectos que salen por la tele mostrando sus
casas para millonarios. En 1929 ya se hacían cosas mejores…
Espero que os hayan gustado las anécdotas sobre este edificio y su autor, y si podeis no dejeis de visitar el Pabellón cuando vayais por Barcelona. Espero que ahora podais compartir conmigo mis sensaciones al recorrerlo.
Muchas gracias por vuestras visitas y comentarios.
Os deseo un feliz día.
Aalto.
un post superinteresante!!!
ResponderEliminarla verdad que los genios siempre han sido unos incomprendidos, Van Gogh, El Greco... y muchos más..
gracias Aalto.
;)
curre
Holaaa Ro y Aalto!
ResponderEliminarLo primero,perdonar por no aver pasado por aquí en todo este tiempo...Ro, tu ya me entiendes....
He estado viendo todos los post que me habia perdido, despues de verlos todos los he comentado uno a uno, todos me han encantado, entre los dos formais un grandísimo équipo!;))
Este post me ha parecido super interesante, Aalto, enhorabuena por la participación en este blog!un bsazo enorme a los dos desde Galicia!
Ostras qué curioso !!! Yo que soy una total y absolutamente inculta arquitectónicamente hablando me he quedado super enganchada a la lectura... Qué fácil es a veces aprender si el maestro es ameno... Gracias por el artículo, no conozco el edificio pero seguro que en mi próxima visita a Barcelona lo visitaré aunque solo sea por curiosidad jijiji El resto de edificios están en la misma zona??? Qué bonito !!! Eso eran expos y lo demás tonterías jijiji
ResponderEliminarUn besazo!!!
Blanqui
Gracias Curre, Sara y Blanqui, intento hacer estas cosas, que pueden ser un peñazo, algo interesantes.
ResponderEliminarNo hace falta tener conocimientos de arquitectura o de arte para entender o emocionarse. Lo bueno es bueno antes, ahora y siempre.Este edificio es de estos, que si no te enteras de la historia un poco, no llama para nada la atención, pero cambio el mundo que habitamos.
Me alegro que disfruten de mis cuentos.
Aalto
Hola preciosa muy buenos días y muy feliz fin de semana espero hayas disfrutado del sábado que el domingo te depare momentos intensos y de ratos de playa.
ResponderEliminarHoy me has dejado alucinada con la fotos de arquitecturas y sus monumentos y casas es maravilloso recopilación de verdad felicita al marido tan estupendo que tienes también te quiero princesa.. Un besazo fuerte.
PD: con tu permiso te robo una foto para el face me encantó.
http://mary1975.blogs.elle.es/
Hola Aalto:
ResponderEliminarQue razón tienes, es cierto q en su momento esa costrucción tuvo que sorprender. Parece mentira con lo q ha llovido que la construcción sea de esos años, podria pasar perfectamente por ser actual. Me parece muy interesante su historia y cuanto mérito tiene su creador por ser un visionario y adelantarse a los tiempos
Besos para los 2 y sigue contandonos tus historias, me encantan
Que ilu, Aalto!!!! he llegado del finde y me encuentro con el post que tantas ganas tenia que hicieras.
ResponderEliminarUna maravilla el pabellón, es tan sutil, tan fino, tan puro. Me emociona.
Además este finde he pensado en ti por dos razones: la primera es que en mi ciudad he visto que hay una calle dedicada a " Alvar Aalto" y la segunda, estoy leyendo una novela que en que el abuelo de la protagonista es arquitecto y trabajó con el.
Sigue con las historias que nos cuentas que me tienen fascinada.
Kilia