DE ESCALERAS Y AFICIONES

by Aalto

             A veces las cosas ocurren  un poco encadenando casualidades.

            Esta vez se trata de cómo  se pudo compaginar una afición y un rincón bastante insulso de la casa.

            La afición (mía en este caso) era el tenis, y el rincón, la escalera del ático donde vivimos. Dos cosas muy difíciles de casar, sobretodo porque la afición no es compartida y la escalera si.

          

Antes jugaba bastante al tenis, y no del todo mal, ahora mucho menos pero sigo conservando el placer de pegarle de vez en cuando a una pelotita amarilla y que vaya aproximadamente adonde quiero.

            Estábamos decorando y reformándolo todo, (ya contaremos esa historia que da para mucho) y la escalera era un tema irresoluble. Por otra parte yo había conseguido reunir una colección de modelos de raquetas “antiguas” que no sabia donde meter. Manías que uno tiene.

La escalera originalmente estaba pintada de uno de esos “colores de promotor” que a mi no me gustan nada, una especie de “culpable cream” (algo así como “cremita culposo”, que puesto en inglés suena más glamuroso) que es cuando no quieren pintar de blanco, pero tampoco tienen h….. para poner algún color con algo de personalidad. Además tenía unas barandillas de tubo de hierro cuadrado en burdeos más feas aún, si cabe.

Lo primero: cargarme las barandillas, era imperativo. En algún sitio puse un metacrilato transparente para tapar el agujero y conservé solo el asidero de acero inoxidable. Y donde no pude quitarla, al menos, la pinte de color plata.

            Pinté las paredes de un tono gris claro, que no es para nada un color triste, sino todo lo contrario: es muy, muy luminoso. Además pusimos un friso en color blanco que resolvía otros problemas de integración, con el resto de las casa, de esa (maldita, a veces) escalera.

Bien, ahora quedaban paredes grises, lisas, desnudas, desangeladas, que podían haber quedado así perfectamente, pero que no resolvían “mi” problema con “mi” colección de raquetas. Aquí tengo que dar las gracias a la dueña de este blog que me cedió, gentilmente, estos muros para ese fin.

También se puede apreciar una bola de espejos, del tipo de las discotecas. Este es un aporte de la jefa, que como adorno me pareció muy raro al principio, pero una vez puesta me parece genial.

Con esto ya quedaba una escalera muy "nuestra" y nada "estandar". Le dimos nuestra personalidad, cada uno con sus cosas, que por cierto no tienen nada que ver con lo que habitualmente se ve en las escaleras, pero ¿porque no?

¿Les gusta nuestra escalera? ¿o nos pasamos tres pueblos?

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Muchas gracias por sus visitas y comentarios. Les deseo un feliz día.

            Aalto