viernes, 11 de marzo de 2016

MI EMBARAZO HASTA LA SEMANA 20

Una de las ecografías más importantes del embarazo es la de la semana 20. La llamada "morfológica". En ella verifican que todos los organos se estén formando correctamente y todas las partes del cuerpo se están desarrollando como corresponden: corazón, vejiga, riñones, manitas, piececitos, cráneo, espina dorsal...y nos suelen decir si esperamos una princesita o un principito.

Yo esperaba esa prueba con muchas ganas. Porque la tranquilidad que da saber que todo está en su sitio es muy grande. Cuando una ha pasado por tantas cosas, durante la búsqueda de embarazo, una ya espera siempre que algo salga mal. Necesitaba saber que todo marchaba como correspondía.

Pero reconozco que no tenía la ansiedad de saber el sexo de nuestro bebé: en la ecografía anterior nos había dicho el ginecólogo que parecía niña, así que yo ya le tomé la palabra y se lo dije a todo el mundo. No sé por que, yo intuía que iba a ser una niña. No sé me preguntéis en que me basaba. En nada. Era una simple corazonada. Incluso mis hermanas y mi madre me hicieron una de esas pruebas caseras, más por hacer la coña que por otra cosa, y salió niño. Pero yo sabia que no.

Me hubiera alegrado igual, tanto si el médico me hubiera dicho chico, que si decía chica. ¡¡A estas alturas ya estaba bastante agradecida de poder ser madre!! Me daba igual. Solo deseaba que viniera bien. Pero admito que cuando me dijo que era chica, me hizo mucha ilusión.

Así que mi madre, a la que se le da de maravilla coser y bordar, se puso enseguida a preparar el ajuar de la peque: arrullo, sabanitas de cuna, de carrito, colcha, capita de baño... ¡¡Eso si, todo rosa!! Le dije que sería mejor esperar a que nos lo confirmaran en la semana 20. Pero ella ni caso. Compró las telas y se puso en marcha.

Mi hermana me trajo muchísima ropita de mi sobrinita. La ropa tan pequeñita, se queda nueva porque no da tiempo a que se use demasiado. Así que estaba todo impecable. Tocaba ordenar, lavar y planchar. Eso lo dejaría para más adelante.

También caí en la tentación de comprar alguna cosita para la enana. ¡¡Llevaba años esperando este gran momento!! Fueron salidas muy puntuales y cortitas, porque me agotaba enseguida. Mi matrona me decía que tenía que andar, y lo intentaba, pero si hacía alguna salida, se me ponía la tripa dura y dolores en el bajo vientre. Así que el tema compras lo tuvimos que dejar enseguida y volver al reposo total. No queríamos forzar la maquinaria.

Es una de las cosas que "peor" llevo. No puedo preparar las cositas de la peque como me gustaría. Una parte que hace mucha ilusión es ir a buscar todos los cachivaches que podría necesitar la nena. Pero está siendo imposible ir a mirar nada. Así que ya veremos como lo hago.


Otra de las cosas que hace mucha ilusión es notar los primeros movimientos del bebé en la tripita. Yo estuve alerta y creía notar algo en la semana 17 y 18, pero sinceramente, no sé si eran verdaderamente movimientos o mi imaginación. Lo que puedo afirmar sin ninguna duda es que en la semana 19 sí que la noté claramente. Sin dudas, allí estaba esa sensación de cosquilleo. Algunas lo describen como pececitos nadando. Otras como maripositas. Yo sólo puedo decir que es la sensación más maravillosa que he experimentado nunca. Precioso.

Las clásica nauseas y vómitos que había estado padeciendo, fueron a menos y fueron sustituidas por una acidez brutal. La matrona me dijo que tomara Almax, pero cuando tuve la cita con la ginecóloga para la ecografía morfológica, me recetó Ranitidina que me dijo que me iría mejor. ¡¡Y sin duda así es!! También me funciona muy bien masticar chicle de menta. He probado con caramelos, pero nada, han de ser chicles ¡¡Y eso que a mi nunca a me  han gustado demasiado!! Pero mira por donde, ahora me alivia bastante.

Otra cosa ya estoy llevando mejor son esos ataques de hambre que tenía en el primer trimestre. Recuerdo que cada 2 o 3 horas, me entraba un hambre voraz que no admitía esperas. Me ponía fatal, si no la saciaba de forma inmediata. También me daban unos "ataques" de sueño increibles. Jamás he sido de dormir siestas y en esa época me quedaba dormida con una facilidad pasmosa.

Sin embargo, ahora hemos pasado al extremo opuesto y sufro insomnio por las noches. No soy capaz de dormir una noche entera de un tirón. Creo que el cuerpo ya se está entrenando para cuando vengan las noches en vela cuidando de la pequeña.

En mi semana 20, me hicieron la ecografía morfológica, la misma ginecóloga que me había atendido en la de la semana 12 (la que me había dicho "No te privas de nada", con mucha guasa, después de saber todos los problemas que había tenido). En el hospital de la seguridad social, que es donde me están haciendo el seguimiento del embrazo, no suele atenderte el mismo gine. Cada vez que vas hay uno diferente. Por eso me gustó ver una cara conocida, al menos de una vez anterior.

Me confirmaron que era una nena. Y lo más importante, que todo iba genial, se veían todos los órganos bien y todos los huesecitos estaba desarrollándose como correspondían. Estábamos como locos de contentos. Llegar al ecuador del embarazo con ese resultado era genial.

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Ya sabéis que como cada día, tenéis nueva entrada en mi otro blog de

Rocío

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